[Hay cuentos cortos que de tan cortos parecen chismes –pero no como los de ‘el otro chisme’ que de esos me ocupo yo- otros tan largos que uno dice ‘poco falta para que sean novelas’, también hay personas que se les dice ‘eres puro cuento’ y no porque su creatividad desborde en el ámbito literario sino por mitómanos, pero casi todos coinciden en contar con un final, en la mayoría de ellos se involucra una pareja en veces real, en veces fantasiosa pero al final pareja pero que de parejos no cuentan con mucho porque si así fuera serian gemelos y aunque así fuera distan de ser parejos ya que aunque la naturaleza se empeñe en hacer seres iguales nada mas no le salen y entonces se dice que son como artesanías porque aunque se parecen no son iguales lo que es lo mismo no son parejos como el dicho popular de ‘parejas ni las orejas u ojeras’… o algo así…
Bueno ya me desvié de lo que quería escribir por que el titulo reza ‘de finales y otros cuentos’ y de finales no he escrito y para eso el primer ejemplo de cuento que va mas o menos así:]
I
Sus miradas se cruzaron en ese preciso instante en el que sus vidas parecían entrar en un largo túnel oscuro en donde el paisaje se aleja de lo interesante.
-él- se acerco y le invito un café.
-ella- sonrió involuntariamente pero gesticulando una aceptación inminente.
Pasaron horas conversando de banalidades y temas de interés para ambos, el tiempo no existía en sus vidas solo el ansia de conocer la vida del otro, como se esperaba las horas corrieron y tuvieron que postergar la platica en cafés variados, en la casa de él, en la de ella, en algún hotel en cual los labios y la lengua no se ocuparon para la charla pero en compañía de sus manos se comunicaron y conocieron.
El amor entre el que invito el café y la que acepto broto y ante un juez pactaron su unión.
Y vivieron felices… tan tan…
[Este es un claro ejemplo del final típico ‘televisanovelezco’, es mas hasta parece plantilla descargable de Internet, pero se sabe que esto en la realidad no es común, es mas suena utópico ya simplemente en México en el 2004 hubo mas de 60 mil divorcios, además de que pocas –pudiendo asegurar que ninguna- relación no sufre percances en el cortejo, lo que me lleva a un segundo ejemplo:]
II
Sus miradas se cruzaron en un instante en el que ellos creían que sus vidas andaban bien sentían que eran completas que nada faltaba, tenían altibajos, pareja, trabajo estable y sobre todo rutina lo que ellos creían era felicidad.
-él- se acerco y le invito un café.
-ella- sonrió involuntariamente pero gesticulando una aceptación un poco tímida.
Como era de esperarse conversaron por tupidos minutos, su palabras viajaban de las coincidencias a las discrepancias siendo estas en lugar de introducción a la discusión fuente de risas, las horas se consumieron y sentían que la charla tenia que continuar, así que decidieron intercambiar datos de localización…
Las pláticas y los cafés se repitieron un par de ocasiones más, el común denominador en cada encuentro era que en el mundo donde se encontraba la mesita cuadrada, la sillitas con respaldo enclenque, los cafés espumosos, y la comida extranjera no existían parejas, ni rutinas, ni altibajos, ni trabajos estables, solamente se encontraban los sitios visitados en sus charlas o sus criticas a un presidente inepto que aunque sabían que su país se desquebrajaba en esos minutos no lo percataban solo se percataban de sus miradas y sus risas.
Sus labios jamás se unieron mucho menos sus sexos pero estaban seguros que las palabras emanadas de cada una de sus bocas se habían entrelazado y seguramente el amor habían hecho; solamente sus brazos se entrelazaron en la espalda del otro cuando el adiós definitivo se dieron… tan tan…
[Este es un ejemplo de mal final o como comúnmente se le llama ‘final chafa’, es de esos en donde el lector se queda con el ‘¿y luego?’ o ‘¿y después qué pasó?’ u otros mas aventurados dirían ‘¡ahh no mamen! ¿tanto para eso?’, pero algo es innegable, a los protagonistas les queda un dulce sabor de que fueron felices aunque solo fuera por un cuento… ahora si: tan tan]