20071001

El otro chisme 2: [Réquiem por un suicidio]

[Ahora probare un chismecito sin diálogos]

I

Después de dos semanas en vela sus pensamientos comenzaban a desatinar en tiempos y realidades, la noticia de que ella no había acudido a la cita ante el juez civil se debía a que él ya no estaba presente en sus pensamientos, en su cama ni en su mirada, le carcomía las vena, sentía lastima y vergüenza por la figura del espejo, empezaba a sentir odio por el personaje que proyectaba la sombra cuando caminaba, el rencor se gestaba en sus vísceras y la ira le producía pensamientos equívocos y sádicos contra su persona, maquilaba creativamente fines para su existencia, la indecisión se centraba en el espectáculo o la indiscreción, el desangre por las cuchillas en sus venas o el golpe certero del plomo en la sien, de la agonía al fin inmediato…

La urgencia por detener el riego sanguíneo producido por los latidos de su corazón sin agonía pero de una manera recordable le laceraba los días: no comía, no se bañaba, solo escribía y diseñaba planos, ninguno le satisfacía, le parecían muy trillados o muy obtusos o simplemente nada certeros; revisó periódicos buscando noticias recientes de personas muertas por caídas de grandes alturas: todas por descuido o por negligencia de los patrones en grandes construcciones, ninguno por decisión propia; lo tenia decidido se dejaría caer desde un edificio vecino en donde la entrada al inmueble consistía en timbrar tres veces consecutivas el numero del interfono marcado como portero…

El edificio lucia 6 plantas las cuales según sus cálculos eran poco menos de 20 metros lo que aproximadamente en 2 segundos su cuerpo se impactaría con el río de autos que transitaban a los pies del edificio sobre una gran avenida, él tenia previsto que en caso de que su vida no terminase por el impacto de la caída, el impacto de los autos cumplirían el objetivo planeado; tenía decidido que su fin tendría que ser en un día soleado, en los que se espera que nada malo ‘nuble’ el día…

II

El día elegido por fin se presento, tomo un baño porque quería sentir su piel fresca para disfrutar del aire que al chocar con su cuerpo lo abrazaría y le daría la sensación de volar, de ser libre; su vestimenta tenía que ser blanca para que el rojo de su sangre al impacto la tiñera y la caer se pudiera apreciar cual ángel expulsado del cielo; elaborar la nota de despedida era e siguiente paso de su cita con la muerte, tomo una hoja en blanco y solo atino a escribir “con todo mi amor para la mujer que odio”, la poso sobre la mesa de su cuarto y salio al encuentro buscado…

Tres timbrazos seguidos y la puerta abrió, recorrió sus escaleras hasta llegar a la azotea, la hora elegida debería de coincidir con la salida de escolares y amas de casa regresando de las compras para la comida, pero ese día el ajetreo rutinario se había trastocado por un día festivo que se había cruzado en el calendario –el no lo sabía, el tiempo lo había perdido desde hace mucho-, trepo por la barda de seguridad instalada para evitar accidentes de infantes, pero su oído se inquieto al percibir ruidos extraños a los pies del edificio, trabajadores delegacionales aprovechando el día de asueto justificaban el gasto publico con trabajos de pavimentación, una gran lona azul repleta de propaganda política estaba instalada en donde él tenia previsto el impacto que lo llevaría a su cita, sus ojos se le llenaron de lagrimas y una de ellas resbalo por su rostro y se impacto en la gran lona rodando hasta la avenida humeante recién cubierta de chapopote, se maldijo y lamento que hasta la muerte no haya asistido a su cita…

-o-

[para ti…]

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