20130123

[sin conocimiento de causa] Del inicio y del caso Cassez.

Hoy, por fin me decidí —después de casi dos años— a volver a escribir en mi blog, y lo haré con una especie de columna a la que llamaré Sin conocimiento de causa (SCdC). Porque, como menciona Herbert Simon (1947) “en realidad, el ser humano sólo tiene un conocimiento fragmentario de las condiciones que rodean a su acción”… Es decir, es complejo y complicado conocer los motivos o las causas de los fenómenos. Sin embargo, trataré de que la mayoría de los argumentos presentados en este espacio sean objetivos, pero, como buen ser humano —que me encanta ser— habrá argumentos viscerales, sentimentales y, tal vez, hasta kiscerales (ver Gilbert, 1997). Pero como dicen: si hay que explicar un chiste es porque no era gracioso o no se dio a entender; así que hasta aquí el porqué de mi columna.


Hoy, también, se dio (otro) fallo histórico en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el cual concedió un amparo “liso y llano” a Florence Cassez, con el cual, pudo salir libre del Reclusorio Femenil de Tepepan. Recordemos un poco el caso, para ver la importancia del amparo de la SCJN: al momento de su supuesta captura —después de casi 24 horas retenida ilegalmente— hubo un montaje mediático, por el entonces titular de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) Genaro García Luna; pero lo más grave fue que tuvo un proceso con vicios severos y notables: no se respetaron los acuerdos de la Convención de Ginebra sobre Relaciones Consulares, así como las declaraciones de los testigos cambiaron una y otra vez, y otras desaparecieron, hubo torturas, en fin: violaciones a los derechos humanos de la acusada (para conocer un relato con mayores pormenores, recomiendo leer Florence Cassez: La verdad secuestrada de Héctor de Mauleón).


Sin embargo, de este particular hecho no me quiero ocupar —seguramente, mañana o al rato las columnas de los diarios lo harán a mayor profundidad—, lo, realmente, que me llamó la atención es la INDIGNACIÓN (así con mayúsculas) que algunos tuiteros (dejando de lado la bancada panista que tendría que respaldar las decisiones del otrora Presidente) mostraron en las redes sociales, tras el fallo (notas en La Jornada y Novedades de Acapulco). Tal parece, que algunos ya se les olvidó cómo es el sistema de justicia en México, exhibido en el documental —que también fue histórico en taquillas—: Presunto Culpable y enjuician basándose —paradójicamente— en lo que se habla en los mismos medios que reprodujeron el montaje de la aprehensión.


Sin duda, lo acontecido en las redes sociales, me recordó, en demasía, un capítulo de los Simpsons: Homero el malo; donde es acusado por la muchedumbre, la televisión y la propia niñera de acoso sexual— pero todo sucedió por un malentendido al tratar, Homero, de quitar del trasero de la niñera la jalea Venus de Milo. Sin embargo, es salvado gracias a un video-aficionado del conserje Willie. Al final del capítulo, el mismo programa que inculpó a Homero, ahora culpa a Willie de vouyerista y —así como algunos tuiteros— Homero lo cree y lo condena de enfermo.

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